La industria de las energías renovables ha alcanzado hitos importantes en la última década, logrando cumplir casi todas las metas establecidas por la ley de promoción. De una participación casi inexistente en la matriz energética, la cobertura eléctrica renovable ha alcanzado el 22%, de acuerdo a los datos de septiembre de 2025, e incluso ha tocado un pico histórico de 44,28% a mediados de octubre.

No obstante, mientras se debate una nueva normativa en el Congreso que busca garantizar la estabilidad tributaria sin establecer nuevas metas a futuro, la industria se enfrenta a un desafío crucial: mantener el sendero de expansión con miras al año 2026 ante la presencia de severos cuellos de botella en infraestructura.

Redes saturadas en el mercado empresarial: el desafío central

El obstáculo principal que enfrenta el mercado empresarial tiene que ver con un sistema de transporte eléctrico completamente saturado. Esta dificultad obliga a las empresas generadoras a tomar decisiones poco óptimas: ya no buscan las zonas con el mejor recurso natural, sino las áreas que todavía disponen de capacidad de transporte, aunque el recurso allí sea inferior. Esta necesidad de priorizar la capacidad de red sobre la calidad del viento o el sol reduce fuertemente la rentabilidad de los nuevos proyectos.

La solución a largo plazo implica encarar una serie de obras de infraestructura declaradas prioritarias por la Secretaría de Energía, pero su licitación se ha demorado mientras se define el esquema financiero. Las autoridades están evaluando cómo mejorar la financiación de estas obras, entendiendo que dichas inversiones deberán ser cubiertas por la demanda general a través de un cargo tarifario.

Nuevos impulsores de crecimiento y el contexto de los consumidores

Frente a las limitaciones de la red, las empresas exploran paliativos a corto plazo y nuevas estrategias para mejorar sus números. Una tendencia clara es el desarrollo de parques híbridos que combinan la energía eólica y la solar. Esta complementariedad es considerada una importante ventaja, debido a que lo que permite es pensar bien cómo optimizar la inversión y la distribución de energía a lo largo del día.

Al mismo tiempo, el enfoque tecnológico se ha reorientado: en vez de centrarse en el tamaño de los aerogeneradores, la prioridad es implementar la mejor tecnología disponible para que cada turbina sea más eficiente y atienda específicamente la calidad del viento de su ubicación. Otro vector de crecimiento que se está adoptando paulatinamente es la instalación de baterías de almacenamiento. Son soluciones esenciales debido a que ayudan a la regularización de la intermitencia inherente de los parques renovables. El sector también tiene la esperanza de abastecer la creciente demanda de grandes consumidores, como el boom de la minería y Vaca Muerta.

Aunque las estrategias de crecimiento para 2026 se centran en proyectos a gran escala y la optimización de la red troncal, el consumidor particular y la demanda están directamente involucrados en la evolución del sector. La clave para que se lleven a cabo las grandes obras de transporte radica en que el costo de estas inversiones será pagado por la demanda mediante un cargo tarifario.

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“Creamos energía con la fuerza del viento”