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La demanda mundial de electricidad aumentará en 2026 impulsada por las energías renovables, según la AIE

El panorama energético global está viviendo una metamorfosis acelerada en la que el adiós a los combustibles fósiles como visión de futuro se vuelve una realidad. Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) para 2026 indican que las energías renovables se consolidarán como la principal fuente de electricidad a nivel mundial, marcando el comienzo de una nueva era. Este cambio trae consigo un incremento sustancial de la demanda eléctrica, pero también la posibilidad de un futuro más limpio.
El impulso de las energías renovables
De acuerdo con la AIE, para 2026 las energías renovables, principalmente la eólica y la solar, cubrirán más del 36% del suministro energético global, superando al carbón por primera vez en un siglo. Además, la producción de electricidad de estas fuentes limpias ha experimentado un crecimiento explosivo, pasando de superar los 4.000 teravatios hora en 2024 a una expectativa de más de 6.000 para 2026. Es un avance que se considera como resultado de innovaciones tecnológicas, la disminución de costos y las políticas gubernamentales alrededor del mundo que favorecen su adopción. Además, es importante destacar que la energía eólica y la solar se prevé que satisfagan más del 90% del incremento de la demanda mundial hasta 2026, acompañadas de un crecimiento modesto en la hidroeléctrica.
El mencionado auge de las energías renovables va de la mano de una notable reducción en la generación de carbón, particularmente en China y la Unión Europea, contribuyendo a la disminución de la huella ambiental del sector energético. Aunque países como Estados Unidos y la India mantendrán un uso moderado del carbón, la tendencia global es a la baja.
Paralelamente, la energía nuclear y el gas natural alcanzarán también niveles récord en 2026. El resurgimiento nuclear se asocia sobre todo con reactivaciones en Japón, una producción robusta en Francia y en Estados Unidos y nuevos reactores en Asia. Mientras tanto, el gas natural se posiciona como un combustible de transición vital para reducir emisiones mientras se fortalece la infraestructura renovable.
Factores y desafíos de la demanda eléctrica
Por otro lado, es importante destacar que el incremento acelerado de la demanda eléctrica global es un factor crítico en esta ecuación energética. Es un aumento impulsado por diversos factores, entre los que se puede incluir el crecimiento industrial, la electrificación del transporte y la calefacción, la expansión en el uso de electrodomésticos y la proliferación de centros de datos. Asimismo, los centros de datos están experimentando una demanda energética sin precedentes, por lo que se espera que su consumo eléctrico se duplique para 2026.
Con el objetivo de gestionar esta creciente demanda de forma sostenible, es indispensable la inversión en redes robustas y digitalizadas, como así también proporcionar soluciones de almacenamiento de energía y flexibilidad en la demanda. La diversificación de las cadenas de suministro de tecnologías limpias y minerales críticos es también un aspecto crucial para la resiliencia del sistema energético y se debe considerar para una transición energética exitosa.
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